El Trastorno Limite de la Personalidad consiste en un patrón persistente de inestabilidad en las relaciones interpersonales, afecto y autoimagen con escaso control de impulsos. Constituye un síndrome heterogéneo, difícil de delimitar, con presentaciones clínicas y del comportamiento que varían entre individuos y entre los distintos momentos de evolución de un mismo paciente. La variabilidad de las presentaciones clínicas del TLP conlleva que sea un trastorno infradiagnosticado y que presente demora en su diagnóstico.
Teniendo en cuenta lo mencionado, no es de extrañar que la población con TLP haga un gran consumo de recursos sanitarios. Concretamente, el paciente con TLP usa los servicios de salud mental más que los otros grupos de pacientes de salud mental, a excepción de los esquizofrénicos, y representa el 10% de las consultas en centros ambulatorios de salud mental y en torno al 15-20% de los pacientes ingresados.